Nació el 27 de junio de 1869.
La hicieron mujer y judía durante el Imperio Ruso cuando estaba gobernado por el zar Alejandro III que, luego del asesinato de su padre Alejandro II, responsabilizó de ese atentado a lxs judíxs e instauró en mayo de 1882 leyes que lxs privaban de establecerse en las zonas rurales (desmantelando los shtetls) y les limitaban el acceso a la educación y sus derechos legales. Hasta alrededor de 1884 hubo una oleada de pogromos judíos y la familia Goldman se vio obligada a mudarse a San Petersburgo cuando Emma tenía alrededor de 13 años.
Desde muy chica supo lo que significaba la opresión y la discriminación, primero debido a la persecución y violencia por ser judíxs y luego, otra vez empujada a abandonar Rusia hacia Estados Unidos, cuando su padre quiso obligarla a casarse a los 15 años.
Cuando llegó a Estados Unidos en 1885 se puso a trabajar en un taller textil donde conoció a Alexander Berkman, su futuro cónyuge e íntimo amigo que la acompañará durante gran parte de su vida. El 4 de mayo de 1886 fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1º de mayo se habían producido en Haymarket, Chicago en respaldo a los obreros en huelga para reivindicar la jornada laboral de 8 horas. En una manifestación una persona desconocida lanzó una bomba a la policía. Por este acto fueron apresados y luego condenados a muerte ocho trabajadores anarcocolectivistas y anarcocomunistas (“los mártires de Chicago”). Este hecho terminó de convencer a Emma Goldman para unirse al movimiento anarquista y durante toda su vida se dedicó fervorosamente a divulgar sus ideas en mitines, huelgas, protestas, redactando libros, revistas y periódicos.
Debido a su intensa actividad política difundiendo la libertad sexual y las ideas feministas fue acusada de agitadora en 1893, en el mismo año fue apresada por difundir la contracepción.
El 11 de febrero de 1916 fue detenida y encarcelada junto con Ben Reitman, su compañero y amante desde 1908 a 1917 por la distribución de un manifiesto en favor de la anticoncepción. Ya para esa época cada vez que daba una conferencia esperaba ser arrestada y por eso siempre llevaba un buen libro.
Finalmente en 1917 y por cuarta vez fue apresada por oponerse a la conscripción militar para la Primera Guerra Mundial e ir contra la moral y las buenas costumbres. Con estas razones de por medio fue extraditada a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1919. Es muy conocida la anécdota de que apenas zarpó su barco fue declarada enemigo público número uno de los Estados Unidos, honor que la acompañó durante los siguientes 30 años. En la audiencia para tratar su caso, John Edgar Hoover (quien luego sería director del FBI) dijo que Goldman era una de las mujeres “más peligrosas de América”.
Desde 1920 a 1922 vivió en la Unión Soviética y, si bien en un principio apoyó a los bolcheviques, la represión política, la burocracia y los trabajos forzados que siguieron a la Revolución de Octubre la hicieron cambiar de idea. En esta época escribió “My Disillusionment in Russia” (Mi desilusión con Rusia) y “My Further Disillusionment in Russia” (Mi posterior desilusión con Rusia) que pusieron en peligro su vida y tuvo que volver a partir.
Vivió en Suecia, Alemania, Francia, Inglaterra y Canadá.
En 1936 participó de la Guerra Civil Española apoyando a la República desde Londres y Madrid. Es muy conocido su vehemente artículo sobre el conocido anarquista español Buenaventura Durruti, titulado “Durruti is Dead, Yet Living” (Durruti ha muerto, pero vive).
Murió en Toronto en 1940, y está enterrada en Chicago.
Emma Goldman escribió como vivió, en un mundo en el que todo estaba en discusión. Era el inicio del siglo XX, el capitalismo todavía no se había impuesto y tanto las ideas como las revoluciones bullían en todas partes del mundo. Fue una mujer irreverente y que, si bien se la define como anarquista y feminista, no se la puede encasillar en ninguna de las corrientes en particular.
En este momento, con una pandemia que nos lleva a replantearnos la realidad y los sistemas en los que vivimos, creemos que es un buen momento para conocer o recordar a Emma Goldman y sus ideas.
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